Para aprender a tranquilizarse si estamos nerviosos, debemos:
1. Darnos cuenta de que estamos nerviosos: tenemos temblores, el corazón late deprisa, nos ponemos colorados, hablamos con rapidez y no se entiende lo que decimos...
2. Respirar lenta y profundamente varias veces. Llenamos de aire los pulmones y lo expulsamos poco a poco.
3. Relajamos brazos, manos y el resto del cuerpo. Nos sentimos con los músculos completamente relajados.
4. Nos decimos a nosotros mismos: calma, tranquilidad, debe calmarme, puede estar más tranquilo, hee de serenarme, así, poco a poco.
Inteligencia emocional, habilidades sociales, modificación de conducta, atención, memoria, ansiedad, técnicas de estudio y el juego.
¿Qué espera un niño con TDAH y sus padres de nosotros?
Carta de Diego
Estimado profe:
Antes de que comience el curso, permíteme hablarte de mí. Soy un niño que tiene un trastorno llamado TDAH. Esto significa que me comportaré de forma muy inquieta, a veces impulsiva. En ocasiones me será difícil mantener la atención. Me distraeré fácilmente y a veces haré bobadas que distraigan a los demás. Olvidaré los deberes y también los libros y cuadernos. Quiero que sepas que todo esto no lo lo hago porque quiera, sino porque no puedo evitarlo. Tampoco te sientas ofendido, ni pienses que deseo fastidiarte.
Me gustaría que, pese a todo lo que el TDAH me haga hacer en clase, me quieras, me aceptes, y me digas que valgo mucho, que soy un buen niño y también que en ocasiones soy capaz de hacer cosas con éxito. Sé, por mis padres que hacer esto te va a resultar difícil, pero... ¡Tú eres un profe!
Seguro que lo harás bien. Es bueno, que guardes esta carta y la leas a menudo, porque nos hará falta a los dos...
Con mucho cariño,
tu alumno Diego
Estimado profe:
Antes de que comience el curso, permíteme hablarte de mí. Soy un niño que tiene un trastorno llamado TDAH. Esto significa que me comportaré de forma muy inquieta, a veces impulsiva. En ocasiones me será difícil mantener la atención. Me distraeré fácilmente y a veces haré bobadas que distraigan a los demás. Olvidaré los deberes y también los libros y cuadernos. Quiero que sepas que todo esto no lo lo hago porque quiera, sino porque no puedo evitarlo. Tampoco te sientas ofendido, ni pienses que deseo fastidiarte.
Me gustaría que, pese a todo lo que el TDAH me haga hacer en clase, me quieras, me aceptes, y me digas que valgo mucho, que soy un buen niño y también que en ocasiones soy capaz de hacer cosas con éxito. Sé, por mis padres que hacer esto te va a resultar difícil, pero... ¡Tú eres un profe!
Seguro que lo harás bien. Es bueno, que guardes esta carta y la leas a menudo, porque nos hará falta a los dos...
Con mucho cariño,
tu alumno Diego
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