¿Qué espera un niño con TDAH y sus padres de nosotros?

Carta de Diego

Estimado profe:

Antes de que comience el curso, permíteme hablarte de mí. Soy un niño que tiene un trastorno llamado TDAH. Esto significa que me comportaré de forma muy inquieta, a veces impulsiva. En ocasiones me será difícil mantener la atención. Me distraeré fácilmente y a veces haré bobadas que distraigan a los demás. Olvidaré los deberes y también los libros y cuadernos. Quiero que sepas que todo esto no lo lo hago porque quiera, sino porque no puedo evitarlo. Tampoco te sientas ofendido, ni pienses que deseo fastidiarte.

Me gustaría que, pese a todo lo que el TDAH me haga hacer en clase, me quieras, me aceptes, y me digas que valgo mucho, que soy un buen niño y también que en ocasiones soy capaz de hacer cosas con éxito. Sé, por mis padres que hacer esto te va a resultar difícil, pero... ¡Tú eres un profe!
Seguro que lo harás bien. Es bueno, que guardes esta carta y la leas a menudo, porque nos hará falta a los dos...

Con mucho cariño,

tu alumno Diego

miércoles, 25 de abril de 2012

¿Es la hiperactividad una moda?

César Soutullo: La hiperactividad es un trastorno real y no una moda reciente.

El psiquiatra de la Clínica Universitaria César Soutullo impartió una charla sobre "¿Cómo saber si nuestro hijo tiene trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)?" en el marco del Aula de Salud, una iniciativa que organiza Diario de Navarra en colaboración con el CIMA de la Universidad de Navarra para divulgar temas de interés sanitario.

La hiperactividad afecta a un 5% de los niños en edad escolar. Se trata de un trastorno cuya causa es biológica, de origen cerebral. "No es culpa de los padres ni del niño, ni de las prisas", insistió. La buena noticia es que, según el experto, en un 80% de los casos responde al tratamiento con medicación, que es seguro y eficaz, aunque éste se debe combinar con la educación a los padres y el apoyo escolar.

El especialista destacó el "impacto grandísimo" que este trastorno tiene en los padres debido a las dificultades que genera en la vida cotidiana. "Aumentan los desacuerdos, las separaciones, las críticas del resto de la familia, crecen las bajas laborales, el trabajo a tiempo parcial para ocuparse del niño. Muchas veces los padres van al médico cuando ya no pueden más", dijo.

Esta alteración, explicó, provoca que el niño tenga niveles inapropiados de atención o hiperactividad para su edad. Normalmente, los síntomas suelen aparecer antes de los siete años y provocan dificultades significativas en dos o más áreas: familia, colegio, etc.

En cuanto a las causas, entre el 70% y el 80% de la causa es genética, apuntó. "Cuando uno de los padres tiene TDAH el riesgo de que un hijo sufra este trastorno es del 40%". No obstante, también influyen otros factores: problemas durante el embarazo y parto, el tabaco durante el embarazo (multiplica por tres el riesgo), el alcohol o el bajo peso al nacer.

Soutullo subrayó el riesgo de no tratar este trastorno ya que, además de fracaso escolar, baja autoestima, aislamiento, etc. puede acarrear otros problemas, como el trastorno negativista-desafiante, la ansiedad o depresión. "No es una opción. Hay padres que dicen que no son partidarios de la medicación pero con un niño diabético no se plantea. Es un problema al que hay que ponerle solución", insistió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario